Costa de Marfil
Siglo XVII a XVIII
Manila de bronce africana
76 MM - 104 Gramos
ET: 1245
Las manilas fueron una forma de dinero metálico ampliamente utilizada en África Occidental desde los siglos XV al XX. Eran brazaletes de cobre o bronce con forma de herradura, introducidos por comerciantes europeos, especialmente portugueses, españoles, franceses, británicos y holandeses, como medio de intercambio en el comercio con las poblaciones africanas. En el caso particular de Costa de Marfil, las manilas desempeñaron un papel crucial tanto en la economía como en la cultura.
Durante el período del comercio transatlántico, las manilas se convirtieron en un instrumento esencial para el trueque. Eran intercambiadas por productos locales como oro, marfil, aceite de palma y, trágicamente, esclavos. Su valor variaba dependiendo del tamaño, el material, el diseño y la región. Las comunidades locales pronto las integraron a sus prácticas cotidianas y ceremoniales.
En la Costa de Marfil, además de su función económica, las manilas adquirieron un valor simbólico. Eran empleadas como dote matrimonial, símbolo de estatus social y herencia familiar. También se usaban en rituales religiosos o funerarios, lo que demuestra su integración en la vida espiritual y cultural del pueblo.
Su función iba mucho más allá de la estética: eran una herramienta clave en el sistema de trueque que sostenía el comercio de esclavos.
Los traficantes europeos, especialmente portugueses, holandeses, británicos y franceses, traían manilas desde Europa para intercambiarlas por personas esclavizadas capturadas o entregadas por intermediarios africanos. Cada región y cada grupo cultural valoraba las manilas de forma distinta: algunas preferían modelos específicos por su tamaño, forma o metal, lo que obligaba a los comerciantes a adaptar sus mercancías. En algunas zonas de Costa de Marfil, se requería una determinada cantidad o tipo de manila para completar la venta de un esclavo, lo que revela su uso como unidad de valor estandarizada dentro del comercio esclavista.
El sistema funcionaba así: los europeos descargaban las manilas en las costas a cambio de seres humanos, que luego eran embarcados hacia América para ser explotados en plantaciones, minas y otros trabajos forzados.
$336.000,00
Costa de Marfil
Siglo XVII a XVIII
Manila de bronce africana
76 MM - 104 Gramos
ET: 1245
Las manilas fueron una forma de dinero metálico ampliamente utilizada en África Occidental desde los siglos XV al XX. Eran brazaletes de cobre o bronce con forma de herradura, introducidos por comerciantes europeos, especialmente portugueses, españoles, franceses, británicos y holandeses, como medio de intercambio en el comercio con las poblaciones africanas. En el caso particular de Costa de Marfil, las manilas desempeñaron un papel crucial tanto en la economía como en la cultura.
Durante el período del comercio transatlántico, las manilas se convirtieron en un instrumento esencial para el trueque. Eran intercambiadas por productos locales como oro, marfil, aceite de palma y, trágicamente, esclavos. Su valor variaba dependiendo del tamaño, el material, el diseño y la región. Las comunidades locales pronto las integraron a sus prácticas cotidianas y ceremoniales.
En la Costa de Marfil, además de su función económica, las manilas adquirieron un valor simbólico. Eran empleadas como dote matrimonial, símbolo de estatus social y herencia familiar. También se usaban en rituales religiosos o funerarios, lo que demuestra su integración en la vida espiritual y cultural del pueblo.
Su función iba mucho más allá de la estética: eran una herramienta clave en el sistema de trueque que sostenía el comercio de esclavos.
Los traficantes europeos, especialmente portugueses, holandeses, británicos y franceses, traían manilas desde Europa para intercambiarlas por personas esclavizadas capturadas o entregadas por intermediarios africanos. Cada región y cada grupo cultural valoraba las manilas de forma distinta: algunas preferían modelos específicos por su tamaño, forma o metal, lo que obligaba a los comerciantes a adaptar sus mercancías. En algunas zonas de Costa de Marfil, se requería una determinada cantidad o tipo de manila para completar la venta de un esclavo, lo que revela su uso como unidad de valor estandarizada dentro del comercio esclavista.
El sistema funcionaba así: los europeos descargaban las manilas en las costas a cambio de seres humanos, que luego eran embarcados hacia América para ser explotados en plantaciones, minas y otros trabajos forzados.
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