San Marino
10 Centesimi
1875
KM#2
ET: 1498
Durante el siglo XIX, y especialmente tras la unificación italiana (1861), San Marino logró conservar su independencia gracias a su alianza amistosa con el Reino de Italia. En 1862 firmó un tratado de amistad y cooperación que garantizaba su autonomía política y económica, a cambio de una estrecha relación con Italia. Así, hacia 1894, San Marino mantenía su sistema republicano, su gobierno de los Capitanes Regentes —dos jefes de Estado elegidos cada seis meses— y su pequeño Consejo Grande y General, equivalente a un parlamento.
La economía del país en esa época era modesta y basada casi exclusivamente en la agricultura, la ganadería y el comercio local. No existía aún una industria desarrollada ni turismo masivo; el país vivía de manera sencilla, con una sociedad rural y una población que apenas superaba los 10.000 habitantes.
En el plano político, San Marino era un Estado conservador, dominado por una pequeña élite, aunque comenzaban a surgir ideas liberales y movimientos sociales inspirados por los cambios políticos en Italia y en Europa. A pesar de su tamaño, el país gozaba de gran respeto internacional por su estabilidad, su neutralidad y su tradición republicana ininterrumpida.
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San Marino
10 Centesimi
1875
KM#2
ET: 1498
Durante el siglo XIX, y especialmente tras la unificación italiana (1861), San Marino logró conservar su independencia gracias a su alianza amistosa con el Reino de Italia. En 1862 firmó un tratado de amistad y cooperación que garantizaba su autonomía política y económica, a cambio de una estrecha relación con Italia. Así, hacia 1894, San Marino mantenía su sistema republicano, su gobierno de los Capitanes Regentes —dos jefes de Estado elegidos cada seis meses— y su pequeño Consejo Grande y General, equivalente a un parlamento.
La economía del país en esa época era modesta y basada casi exclusivamente en la agricultura, la ganadería y el comercio local. No existía aún una industria desarrollada ni turismo masivo; el país vivía de manera sencilla, con una sociedad rural y una población que apenas superaba los 10.000 habitantes.
En el plano político, San Marino era un Estado conservador, dominado por una pequeña élite, aunque comenzaban a surgir ideas liberales y movimientos sociales inspirados por los cambios políticos en Italia y en Europa. A pesar de su tamaño, el país gozaba de gran respeto internacional por su estabilidad, su neutralidad y su tradición republicana ininterrumpida.
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